Las mujeres demasiadas veces han sido invisibilizadas y apartadas de los ámbitos de decisión y de los centros de poder. Su lugar en la sociedad se reducía al ámbito privado y a la familia, con dificultades para ocupar el espacio público bajo control del patriarcado imperante. Pero a lo largo de la historia hubo alguna excepción, entre ellas las pandereteras, desde la antigua Grecia, en su papel de sacerdotisas, hasta el siglo XIX, unidas al teatro, los espectáculos musicales y de variedades.
«Recuerdos de Capri»
Alberto guinea
La figura de la panderetera vasca
En los últimos 1.000 años, un único espacio público ha podido ser gestionado por las mujeres: el del baile o romería desde el rol de panderetera. Esa ha sido la única posibilidad permitida por los hombres gracias a la cual las mujeres dirigían una actividad social. La excepción que llenaba la plaza, en el baile de fiesta, en el baile colectivo.

En nuestro pueblo, estos ritos colectivos también sirvieron para que estas mujeres actuaran como correa de trasmisión y perviviera nuestra tradición oral. Ellas generaron una narrativa y unas canciones que contribuyeron a mantener vivo el euskera.
«Eten Barik Joten» es un proyecto de IMPRCIBL# centrado en la figura de la panderetera vasca. Cuenta con la colaboración de la productora Panarama Studio y guión de Aingeru Berguices e Iván Batty.
A través de una mirada histórica que recupera esta figura capital de Euskal Herria, revisamos también el largo viaje de nuestra sociedad y la conquista por parte de las mujeres de sus derechos y su participación en la esfera pública, política y social.
Arrancando desde esta cosmovisión que sitúa a la mujer, música y vasca, en el centro de un nuevo relato recuperador de la relevancia histórica que ha tenido hasta un pasado reciente manteniendo idioma, folklore y música, el documental pretende rescatar y aunar los esfuerzos de todas estas mujeres al día de hoy.